Y cada cual lo arreglabaYo, de joven, encendía
con la colilla un cigarro
y con la peña en cotarro
juzgaba de noche el día
de injusticia y fechoría
que el periódico aportaba.
tomándose su café:
con leche o solo, no sé;
pero eso sí: se fumaba.Entonces se me ocurrió,Tampoco sé qué pasó
ni por culpa de quién fue;
pero fue lo cierto que
el mundo no se arregló.
para analizar mi alma
y ver si es que el ego empalma
con todo lo que está mal,
una idea filosofal:
fumar en pipa con calma.Mas no encontré soluciónFue sabia la decisión:
que va la pipa mejor
a un señor que va a mayor
y habla con circunspección.
que arregle lo que aquí pasa.
Ahora ya lo tomo a guasa
aunque río sin ternura;
y entre solfa y amargura
me fumo un puro en mi casa.Que fue esto gran verdadPues miren que con la edad
yo estoy ya un poco pachucho:
mas ganó el tabaco mucho
en aroma y calidad.
dirán en mi enterramiento
(por eso del cumplo-y-miento)
ahumándome de incienso…
Pero ahora que lo pienso:
¡ceniza somos! ¡Memento!