EL BOTÍN

19.

1S 31,7-9 || Mt 27,35b.39

La población civil huye, y le deja el sitio a los filisteos. Como los discípulos (¿sólo tienen aguante las mujeres que miran desde lejos?).
Al día siguiente vienen los enemigos a despojar a los muertos, y encuentran los cadáveres de Saúl y de sus tres hijos. Los desnudan, les quitan las armas y las mandan a los pueblos de al lado para anunciarles a los ídolos y al pueblo la Buena Nueva (33) : que ya no hay rey en Israel.
También los soldados de Roma se reparten las vestiduras del Rey de los judíos, mientras éstos, autoridades y papanatas, dan el visto bueno entre dimes y diretes.

20.

1S 31,10 || Mt 27,36.40.51.

Ponen las armas de Saúl en el templo de Astarté, y cuelgan el cadáver de la muralla de Betsán. Y no pasa nada.
Los soldados de Roma se sientan a mirar el cuerpo colgado de Jesús. Entre el público circulan chistes sobre el templo, el Hijo de Dios y sus capacidades de titiritero.
Pero el Templo de Dios no es el de Astarté: la cortina del Santísimo se rasga de arriba abajo, la tierra se pone a temblar, y las piedras se resquebrajan.



(33) <l'baxxér>; <euaggelízontes>.


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El entierro